La cuestión no es quién me va a dejar sino quién me va a detener

Así deberíamos pensar cuando tenemos claros nuestros objetivos y nos sentimos más que fuertes para afrontar lo que se presente. No debemos dejar que las opiniones de de los demás apaguen nuestra luz, nuestros sueños ni objetivos. Si algo pasó por nuestra mente, puede hacerse realidad siempre y cuando tengamos la valentía de trabajar por lo que queremos y ser constantes cuando lo hemos logrado. Que nada nos detenga, y que nada se presente para dañar lo que tenemos construido. Demos espacio sólo al emprendimiento, a la voluntad, al esfuerzo y a la constancia y los resultados hablarán por si solos.