Cuando la preparación se encuentra con la oportunidad, se produce la buena suerte

Lograr una meta no es sólo un golpe de suerte. Dichas oportunidades son creadas por nosotros mismos. Si trabajamos por una meta, debemos saber para qué queremos lograrlo, qué haremos luego de ello y que otros posibles objetivos pueden darse de esa oportunidad. Si necesitamos lograr metas a nivel laboral, lo ideal sería que tuviéramos claro el concepto de cada pieza que deberíamos mover para llegar al anhelado objetivo.

Sé curioso, investiga, ordena ideas acerca de lo que puedes hacer con los objetivos logrados y los mismos pueden ir lográndose hasta multiplicarse, y lo más importante, cuando comiences un camino, no te alejes hasta verlo concluido. Sé constante, seguro de ti mismo, honesto y siempre el mundo devolverá eso para ti.

Aprovecha las oportunidades, visualiza las metas ya logradas, idea como puedes lograr más y no abandones los proyectos que necesitan de ti.