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¿Sabías qué?
- Ysbeherbal
- 16 jun 2017
- 1 Min. de lectura

Dormir fuera del horario correspondiente trae ciertas consecuencias, entre ellas, consumir alimentos menos saludables.
Es probable que los niveles de cortisol se incrementen provocando las consecuencias propias del estrés, pero además, los patrones de sueño alterados pueden modificar hormonas que regulan el hambre.
Así, la privación del sueño conlleva un incremento de hormonas que provocan hambre y apetito y la disminución de aquellas que producen saciedad. El resultado: un aumento en lo que comemos.
Si queremos comer lo justo y necesario y no excedernos con las comidas, lo mejor es no sólo cuidar los alimentos sino también, dormir entre 7 y 9 horas cada noche.